Javier Godoy • Tomás Munita • Fernando Melo • Javier Aravena • Francisco Navarrete Sitja
El registro o representación del paisaje es una constante en la historia de la fotografía. De hecho, la primera fotografía de la historia es un paisaje.
El paisaje se comporta como un campo de acción de interés particular para los artistas/fotógrafos contemporáneos, ya que reúne en sí, toda la complejidad de nuestra existencia. Encontramos en éste huellas y evidencias del accionar social, político, cultural, del poder, la economía, la historia, las problemáticas ecológicas, etc.
Considerando la evolución histórica y estilística de la representación del paisaje, se hace evidente que nos encontramos ante un terreno de alta complejidad, perfecto para desarrollar una variedad de trabajos que van desde lo documental, hasta la representación conceptual, pasando por el ámbito de la experimentación.
La presente exposición contiene trabajos que autores nacionales, de distintas generaciones, procedencias, formaciones e intereses, han realizado en torno al paisaje, utilizando diversas tecnologías y medios de producción (fotografía analógica blanco y negro, digital color, video animación y fotolibro).
Jorge Gronemeyer
Curador del proyecto
“Exposiciones Pedagógicas de Fotografía Contemporánea Chilena”
Paisaje, entorno y territorio
Fernando Melo (1964), en su serie de paisajes nocturnos titulado “Formas de Alteración del Espacio Natural”, realiza vistas panorámicas demarcadas y fragmentadas. Estos aspectos funcionan a nivel simbólico y de memoria en el paisaje. Se trata de un recorrido visual, que va desde la representación del espacio natural, a su proyección y devenir como territorio domesticado. Una modificación real del paisaje natural, que a través de trazos determinan una suerte de señales de ruta de un recorrido imaginario.
Los oscuros y verdes paisajes sureños de Melo, se contraponen a las fotografías de desoladas, áridas y monocromas “canchas de fútbol” que Javier Godoy (1965) registra. Esta vez el territorio es determinado por el uso social que a éste se le asigna. En este caso, dan cuenta del uso recreativo de estos lugares, ahora abandonados. Las estructuras de los arcos funcionan como vestigios, verdaderas ruinas arqueológicas.
El uso económico del territorio, su depredación y su degradación, está presente en el fotolibro “La Africana” de Javier Aravena (1986), quien registra esta ex mina de cobre, ubicada en un sector periférico de Santiago. Se trata de un paisaje torturado, sometido a una profunda degradación y mutación, producto de la actividad que ahí se realizaba, su explotación y posterior abandono.
Por otro lado Tomás Munita (1975), con “Cosecha Perdida”, nos presenta la tragedia de la sequía del río Loa, el río más largo de Chile, ubicado en el desierto más árido del mundo, el de Atacama. Munita, quien ha trabajado registrando zonas en conflicto, en distintas partes del mundo, nos muestra el drama de las comunidades ancestrales que viven en este lugar, producto de la sequía del valle, causada por el uso de sus aguas en los procesos de minería del sector y en las zonas urbanas, que sumado al cambio climático, mantienen el caudal del río en su mínima expresión. El paisaje funciona aquí como escenario de la tragedia que viven los lugareños y como recordatorio de la fragilidad del ecosistema.
Por último, Francisco Navarrete Sitja (1986), en “Aparatos para un territorio blando”, obra realizada en el Oasis de Niebla de Alto Patache, desierto de Atacama, realiza un ejercicio de observación, reflexión y producción sobre ecología, fenómenos climáticos e infraestructura industrial de la actividad circundante al frágil ecosistema. El trabajo audiovisual de animación digital está constituido por la suma de diversas capas de imágenes sometidas a alteraciones que resultan asimilables a los fenómenos climáticos observados en el lugar.
La exposición «Paisaje, entorno y territorio« corresponde a la tercera muestra del proyecto “Exposiciones Pedagógicas de Fotografía Contemporánea Chilena”. Una serie de exposiciones que se generarán a partir de la revisión y selección de obras de diversos autores que trabajan en torno a un concepto, tema o género específico, estableciendo en la exposición un diálogo cruzado y complementario entre los diversos trabajos presentados.
Se trata de entregar de una forma simple y directa algunas nociones para entender la fotografía contemporánea chilena, acercando el arte contemporáneo y específicamente la fotografía al gran público.
Las dos exposiciones anteriores fueron presentadas en la sala de San Isidro, desde donde comenzaron su itinerancia por diversas regiones de nuestro país. La primera «Retratos» (2012) y la segunda «CHILE, a cuarenta años del golpe militar» (2013).